martes, 26 de julio de 2011

Todos escritores, todos músicos




Me he dado cuenta que me inspira más, a la hora de escribir, el diálogo (1), si es posible corto, y lo corto no es feo ni menos, si no es abusar multipartito, que el soliloquio novelesco, aunque éste último puede ser fructífero; si es menester filosófico, si no es aburrido, humorístico, si es grácil o musical, y si serio, sí pero no altivo, en  que la idea procure estar al acecho, ser sorpresa , que las palabras puedan ser burladas , sin exceso, lo justo, y no que ellas lo hagan; que lo suelen, despiadadas y con vida propia más que inertes.

(1): Me refiero al "comentario de comentario"; no se trata del diálogo hablado en tiempo real; sino de una escritura -no quiere ser un habla sin tiempo para la reflexión ni la modulación, pero tampoco oponerse a lo hablado- en segunda instancia aunque en primera vocación.

(2): que se imagine la gente del teatro o de la danza o de la canción lo que sería que todo el mundo pudiera, democráticamente -una democracia perfecta- bailar, actuar, escribir y cantar igual de bien que ellos y de cómo se acabaría entonces el chollo; no sé de qué se quejan tanto algunos (no todos) de esos privilegiados del ¿arte? (¿arte de todos o arte de uno sólo, del que lo expresa y que representa a todos? ¿a todos?)


Hay unos 6000 millones de adultos en la Tierra con capacidad de escribir, no sé si bien o no, cada día algo. Si todos escribieran, bien o no y suponiendo que los ordenadores pudieran traducir correctamente -Google está muy lejos de lograrlo; no ha sabido vencer al caos del (los) lenguaje(s)- teniendo en cuenta que una lectura rápida lleva un tiempo de un minuto por página, obtenemos que aún dedicando las 8 horas de ocio cada día -8  de trabajo y 8 de sueño- sólo podríamos leer 8*60 = 500 páginas por día; a no más de a 600 personas diferentes cada día a razón de una página, no más, por cada una de ellas. Y habríamos de escribir, puesto que todos escribiríamos, en el tiempo del trabajo o del sueño.

Entonces, si todo el mundo escribiera, y fuera traducido y se tuviera acceso a esos escritos, como sugieren algunos -que inspiran este comentario- podríamos conocer, a lo sumo, la obra de uno de cada 10 millones de nuestros contemporáneos (600/6000 millones), ni siquiera estamos hablando de las generaciones pasadas; una cifra ridícula, por lo que escribir se tornaría inútil o vano, puesto que nadie, en proporción, te podría leer, serías un escritor desconocido del gran público escritorlector..

Esta pequeña deducción aritmetizada lleva a concluir que la democracia no es que todos seamos iguales o hagamos lo mismo; que debe haber diferencias: gente que escribe y gente que baila o que canta o que pinta o que hace números o que cuenta chistes y es graciosa o hace deporte o que incluso descansa.  Y si se pudiera hacer todo a la vez; mejor; no a la especialización segmentaria ¿ pero habría tiempo ? y ¿ hay calidad sin tiempo ? (2)




La foto es de Marilyn Monroe (o es una muy buena imitación de ella, no lo sé) y tiene que ver con la estética en general y por tanto con el arte y por consiguiente con la escritura, de modo que no desentona para nada, ilustrando un texto que pretende ser más filosófico que literario, decir más que no decir, con ambición de escritura no obstante, lo bello representando a lo bello, la forma resaltando al fondo.

2 comentarios:

Kris Diminutayazul dijo...

y todos humanos, todos sentimos al necesidad de escupir nuestra infinita pequeñez de algún modo, de intentar ser y hacer algo más grande que nosotros mismos, ya sea mediante el arte o cualquier otra forma de expresión, rutinas, formas de vivir y de enfrentarnos al mundo...

no sé con qué finalidad utilizarán los/las demás la caligrafía para los textos, sólo puedo decirte que en mi caso construyo el texto, lo dejo fluir, y una vez terminado intento que a través de la caligrafía (no siempre uso ese recurso) también haya movimiento, fuerza, color, además del que se supone que debe ir en el interior del mismo
no creo que se trate de menospreciar o resaltar ciertas partes de un texto, creo que es otro modo de sugerir, de crear curvas, subidas y bajadas, de atraer... forma y contenido son importantes, al menos para mí, y no tienen por qué excluirse

un saludo

Robín dijo...

Muy bien Kristel, aunque sigo pensando que las palabras se bastan a sí mismas sin que necesiten el segundo grado de la caligrafía, por la potencia que el lenguaje tiene ya en sí mismo y que la escritura, el hecho de escribir, intenta aflorar.